viernes, 29 de mayo de 2020

Capítulo 22

Marat  y Zelmira han hecho el amor. Ama a esa mujer  y desea cuando antes arreglar la situación. La estrecha entre sus brazos. la besa, él  lo rechaza:
--es que tú solo me quieres como amante... No te importa tu hijo --dice con un dolor fingido.
Con mucho cariño él la va  besando:
--te quiero como amante pero también como esposa y madre de mis hijos --dice con mucho cariño.
--eso es lo que dices pero nunca me terminas de hablar de boda...
--¿y que tal te parece esta noche? --dice él sonriendo.
Zelmira lo mira boquiabierta:
--¿esta noche? ¿¿¡que broma es esta?¡
--No es broma, ya lo tengo todo preparado. Será en secreto, lo anunciaremos en un tiempo más pero esta noche serás mi esposa...
Aunque el secreto no le parece todo es empezar. Zelmira lo abraza:
--¡¡está feliz¡¡ ¡¡mi amor, qué alegría tan grande...¡ ¡¡¡te amo, te amo...¡
Los ojos de la recién príncesa viuda y próxima reina brillan. Marat cree que es por amor. No imagina lo que en realidad lleva por dentro esa mujer que fue amante de su padre, esposa de su tío y con la que en próximas horas piensa contraer matrimonio. La boda se lleva a cabo en el salón del trono. Intima, sin ningún miembro de la familia real pero sí del gobierno y de la corte. Nadie entiende nada pero tampoco se puede contradecir al Sultán. Zelmira entra ya en los aposentos de Sultán como la reina. Él  no se lo puede creer. Marat está feliz mientras va haciendo el amor con su esposa.
--te amo, te amo tanto...
Zelmira tiene la mente en todo el poder que ha logrado.
--la reina, soy la reina...
Mira a Marat que está disfrutando de la consumación del matrimonio. Y ella, por dentro, se está riendo de él:
--pobre imbécil, tu padre se debe estar retorciendo en su tumba... Así tenía que ser y así ha sido. Por fin mi sueño de niña se ha hecho realidad, soy la esposa del Sultán... --va pensando.
Y el "sacrificio" de tener que acostarse con un guapísimo joven es muy agradable. Los dos desnudos reposan el uno en brazos del otro. Él va acariciando el vientre de ella :
--espero que sea varón, así todo será perfecto..
Zelmira lo mira a los ojos, le pone las manos en la mejilla:
--será varón, te lo juro por mi vida...
Marat sonríe. la mira sorprendido:
--bueno, mi amor. Eso no lo puedes saber.
--Lo sé, claro que sí...
Zelmira piensa que algún varón encontrará para robar si la mujer   que le ha vendido a su hijo tiene una hembra.
--Yo te amo tanto que sé que de nuestro amor sólo puede nacer un niño...
Marat acaricia a su amada:
--es un sueño hecho realidad... Crecí amandote... Desde niño soñé con hacerte mi esposa. Nunca pensé que tú te fijaría en mi y menos en que la vida nos daría esta oportunidad. La oportunidad de hacerte mi esposa...
Con su mirada más dulce que puede fingir ella  dice:
--Para mí también. Te aseguro que jamás pensé que llegaría este día... Es mi sueño... Mi gran sueño...
Marat la estrecha entre sus brazos. Ella apoya la cabeza. Está conmocionada:
-la reina... soy la reina... --dice para sí.
Él no se cansa de acariciar a su esposa:
--pero recuerda que por un tiempo no debes decirlo... Es mejor que pase un tiempo...No sé, hasta que se empiece a notar tu embarazo...
Zelmira se muestra complaciente pero sabe que su matrimonio no es algo definitivo, que el Sultán la puede repudiar cuando le plazca. La pareja pasa horas en la cama.
--creo que ya deberías irte --dice él.
Ella hace la que le duele:
--me molesta tanto tener que comportarme como si fuera tu amante...
Él se muestra cariñoso:
--eres mi esposa... tú sabes que eres mi esposa y nuestro hijo nacerá legítimo y si es niño será el futuro Sultán.
Zelmira se levanta, se empieza a vestir:
--está bien pero mientras tú no olvides que soy tu esposa y que soy muy celosa... No quiero que nadie se te acerque.
Marat le sonríe:
--te lo prometo...
--Más te vale...
Zelmira se retira, Marat con los brazos bajo la almohada se siente feliz. Tiene a su lado a una Zelmira enamorada y feliz:
--¿¿que más puedo pedir?



Como cada noche, Zack y Levent se aman con intensidad. Solo en la cama desahogan sus sentimientos. Solo en el sexo les va bien. Levent está resignado. Acepta lo que hay. Zack se levanta en silencio. Se pone el bóxer y se va. Levent siente un gran vacío. Quisiera poder abrazar a ese hombre. Dormir a su lado. Lo echa de menos. Le gusta mucho el sexo con él pero necesita su amor. Al cabo de un rato, Zack entra en el dormitorio de Levent. El joven príncipe se sorprende ya que acaba de salir. 
--¿estás dormido?
Zack  le habla en una voz dulce, le habla tal y como le habló al principio de conocerse. Levent  aún no entiende el cambio, qué es lo que pasó. Le emociona volver a tener a un Zack tierno ante él  y no se atreve a decirle nada. Se hace el dormido. Creyendo que su amante duerme, Zack se sienta a su lado. Lo mira con todo el amor que tiene atorado en su corazón:
--¿porque no me amas ?¿porque no puedes amarme como yo te amo a ti?
Zack desea tocarlo  pero no se atreve. No desea despertarlo. Zack habla con mucho dolor, con mucho amor.
--Me has dicho que me amas pero es mentira. Te crees que soy imbécil pero sé que no me amas. No me  amas.
Se levanta y se va dejando a Levent  aturdido. Zack no se ha dado cuenta que está despierto:
--¿¿qué es lo que le pasa?¿¿qué le pasa?
Se estremece al pensar en su dolor, al recordar sus besos, sus caricias:
--¿y si le pido perdón? ¿y si le digo que lo amo?¿y si le digo que me estoy enamorando de él?
Algo le intriga:
--¿porqué sabe que no lo amaba?¿tal vez no supe fingir?
A Levent  le entristece pensar en la pena que debe estar sintiendo Zack:
--tengo que hablar con él.
El rostro del joven se le ilumina:
--¡¡sí, mañana le diré que lo amo¡
Su corazón late con fuerza, tiene esperanza de que todo sea como antes. 
--¿¿y si me levanto?¿y si lo busco?
Desearía ya dormir con él, decirle que no le importa nada, que quiere estar a su lado.
--No ¿y si se enoja por hacerme el dormido?
Levent  no se quiere precipitar. Está en juego su felicidad.
--Mejor es pensar bien qué le voy a decir, tengo toda la noche para pensarlo.
Levent  se tumba en la cama, abraza a su almohada. Con una sonrisa  de enamorado va pensando en todas las cosas que le quiere decir a Zack hasta que se va quedando dormido. Mientras en el sofá, Zack llora atormentado. Ha soñado tantas veces en que Levent  sale de su cuarto en las noches y le dice que lo ama, que desea que vaya a la cama con él . Se seca las lágrimas con dolor:
--eso no pasará nunca... ¡¡nunca¡¡

Levent  despierta con ganas de ver a Zack. Sale del cuarto ilusionado y enamorado.
--mi amor.
Es un mi amor que le sale del alma pero no está. Le ha dejado preparado el desayuno pero él no está. Levent  maldice su suerte:
--debí hablarle anoche.

Levent  está esperando a Zack. Tiene ganas de aclarar las cosas. Éste llega serio.
--por fin, tengo que hablar contigo.
--Yo también. Han asesinado a Oscar en tu país.
Levent  no da crédito a la noticia:
--¿qué?¿cómo?
--es un loco. Quiso seducir a tu hermano. El Sultán lo encarceló y ha aparecido muerto.
Levent está muy impresionado. No se puede imaginar la cara de su hermano cuando Oscar lo quiso seducir.
--He comenzado los trámites. Nos vamos a casar -dice en tono de orden.
--bueno, creo que lo más lógico es que me lo pidas ¿no?
A Levent  le duele que Zack sea duro con él. Zack quiere ver hasta dónde es capaz de llegar Levent. Muy brusco dice:
--No te he preguntado si quieres casarte conmigo. Es una orden.  A no ser que quieras arreglartelas tú solo.
Zack se traga su dolor y se encierra en la cocina. Levent  se ha quedado deshecho. 


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario