viernes, 29 de mayo de 2020

Capítulo 17

En Palacio, Nadia está tumbada en su cama. Muy triste. Nura se acerca a él .
--¿¿cómo estás?
Nadia la mira sorprendida:
--después de todo lo que estás pasando en admirable que aún te preocupes por mí... ¿cómo están tus hijos?
Nura está acostumbrada a ocultar su dolor. Lo ha hecho siempre desde que se casó.
--Están tranquilos...
--Oí que a la nodriza de Levent  la habéis levantado el castigo...
--Si, ya no tiene caso que siga en el calabozo. Además mis hijos la quieren mucho... Pero ¿y tú?
Nadia se acaricia el vientre y con mucho dolor dice:
--vacía, una vez más... Estaba segura que esta vez era la definitiva...
Nadia rompe a llorar. Nura la abraza.
--me siento tan culpable. No sé cómo mirarte a los ojos. Después de lo que te hizo mi marido...
--No fue tu culpa. Ahora ya eso no importa. Te agradezco tu preocupación.
--Eres la viuda de mi padre, no te tienes que preocupar de nada. Siempre contarás con el apoyo de mi hermano, el nuevo Sultán.
Eso no es un consuelo para Nadia:
--siempre deseé ser madre pero está claro que por una cosa u otra mi deseo no se puede hacer realidad.
Nura y Nadia se quedan un buen rato consolándose mutuamente.


Por su parte, Marat sale desnudo de la cama. Zelmira queda en el lecho. Por fin es de nuevo la amante del Sultán. Sabe que Marat está muy enamorado de él  y lo que más desea es casarse con él . Marat se empieza a vestir.
--creo que es mejor que te vayas a tu cuarto.
Zelmira se queda sorprendida. Marat nunca ha sido tan duro con él . Se hace la víctima. Llora.
--lo sabía, tu amor era falso. Sólo te querías divertir conmigo y ahora me vas abandonar a mí y a nuestro hijo… ¡¡malo, eres malo, malo…¡
Zelmira  finge que llora y a Marat se le parte el alma. No soporta verla tan triste. Medio vestido en la cama, se arrodilla ante ella . Con una mano la acaricia la mejilla y con la otra el vientre.
--me mataría antes de lastimarte a ti y a nuestro hijo, deseo casarme contigo pero tengo miedo… ¿te imaginas lo que dirán de nosotros si  te ven saliendo de mi cuarto? Recién enterramos a mi padre, a mi tío… Es horrible que nos estemos divirtiendo…
Zelmira hace a la perfección su papel de víctima:
--¿¿y crees que a mi no me importa??? me siento una basura... recién son los funerales de mi esposo... ¡¡¡llamame monstruo a mí pero es que te amo tanto que en el fondo no puedo evitar sentirme culpable… Me hizo sufrir tanto y ahora soy libre… soy libre para amarte a ti…¡¡
La princesa  viuda llora falsamente. Marat se conmueve. La ama tanto que no imagina su maldad. Se siente amado, la besa ligeramente. Sonríe:
--no te sientas mal… el culpable soy yo… te enamoré cuando no debía hacerlo.
Zelmira se da cuenta que con el llanto logra lo que quiere y llora y llora:
--tú me vas a dejar, yo soñaba tanto el momento con el que poder dormir a tu lado, despertar contigo pero tú me tirarás a la calle y no te importará nada… te casarás con una joven príncipe muy linda…
El aire víctima de la princesa tiene a Marat conmovido. Es muy dulce con ella :
--me voy a casar. Eso será muy pronto, pero tendrá que ser en secreto… Espero que cuando nazca nuestro hijo nuestro pueblo, nuestra familia nos perdone…
Zelmira ha deseado durante tanto tiempo ser reina que hasta no se  puede creer que su deseo se vaya a hacer realidad. Está emocionada. Él cree que es por amor, en realidad es porque se va a cumplir el gran sueño de toda su vida: ser la reina de su país.
--en serio te vas a casar conmigo?
--Muy pronto pero para evitar problemas es mejor que nadie sepa que nos vamos a casar hasta que sea tarde…
Zelmira lo abraza:
--te amo, te amo… Gracias por no abandonarme…
Él es muy dulce  :
--yo también te amo… y ahora sé buena… sé discreta… confía en mí.
Zelmira le pone las manos en la mejilla. Se muestra enamorada:
--a ti te he dado mi vida…
Marat sonríe, Zelmira no se lo piensa. Se  viste a toda prisa y se va. Antes le dedica una mirada enamorada a su amante. Marat se queda bien contento.
--¡pobre estúpido¡ --dice cuando sale.
Zelmira salta de alegría por su sueño cumplido pero para que su papel de reina sea definitivo necesita algo:
--¿y ahora de dónde saco yo a un hijo...?

Nura entra en el salón del trono. Le impresiona ver a su hermano ocupar el lugar de su padre.
--No sé si me acostumbraré a esto...
Marat fuerza una sonrisa:
--tendremos que hacerlo.
--¿estás ocupado? Te quería comentar algo...
--que necesitas...
--Me gustaría reunir a Raina y a Levent ... ¿será que tú las dejarías venir?
--No creo que sea conveniente... Ofendieron a nuestro pueblo. No sé si los recibirían bien...
--pero es que lo deben estar pasando mal y me gustaría verlos... 
--¿sabes de ellas?
--De Levent  sí... Me gustaría darle un abrazo...
--Levent  corre peligro.
--Nosotros podemos protegerlo...
--Creo que lo mejor es que se esconda. No creo que su visita de momento le haga ningún bien... Lo siento.
A Nura le duele la decisión de su hermano pero la tiene que acatar.

En Tersia, el rey recibe a un joven muy atractivo.
--¿me quería ver majestad?
--Si, Mahmud tengo una misión para ti... Quiero que vayas a Sarabia y te infiltres en la familia, quiero que te ganes su confianza... Quiero saber lo que hacen, sobre todo quiero saberlo todo en relación a Levent ...
--sí señor... ¿y ha pensando en algún plan?
--quiero que seduzca a la princesa Nura...
Mahmud lo mira sorprendido:
--¿no acaba de enviudar?
El rey sonríe:
--por eso te elijo a ti, porque sé que no se te ha resistido ninguna...
Mahmud sonríe halagado por su fama. Él y el rey se miran con complicidad.

Mahmud está ya en Palacio. Va a ser recibido por Marat, el nuevo Sultán. El joven árabe va dando vueltas por los pasillos.
---la verdad es que está gente no vive nada mal...
Ve alguna mujer que lo miran con timidez. Él sonríe galantemente pero siempre muy correcto.
--¿¿quién será la princesa Nura? Seguro que será muy fea. No tendré tanta suerte... Porque si fuera bonita, princesa y habiendo enviudado recién ¿¿será que podré?
Él se siente orgulloso de todas las mujeres  ha tenido en su cama pero aunque lo ha anunciado en varios ocasiones jamás una princesa bonita cayó rendida a sus pies. Es un reto para él. En realidad tiene miedo de darse cuenta que no es tan seductor como creía y que su fama se pierda. Distraído va en sus cosas que no se da cuenta que se choca con Nura.
--¿¿¡a ver si mira por donde vas¡¡?
--Lo siento es que no la vi... usted es...
A Mahumd le gusta la mujer . Es joven aunque su mirada denota un dolor. Le gustaría dibujar una sonrisa en su rostro. Quiere borrar la tristeza en su rostro. Que sea feliz por él. Nura mira a ese hombre con desconfianza:
--¿¿¡quién es usted?¡ ¡¡No le conozco¡¡
--Soy uno de los nuevos guardias del Sultán...
Mahmud sonríe con orgullo. Las jóvenes siempre se impresiona cuando le dicen que está cerca de la familia Real. Nura se da cuenta que el joven la está tratando de seducir y con algo que a ella  no la impresiona.
--¿y puedo preguntar tú quien eres? ¿de donde se ha escapado esa rosa? ¿porqué tan seria?
Nura se muestra molesta aunque le gustan las galanterías del joven. Es algo nuevo para ella. Nunca la habían tratado de seducir. Se muestra altanera.
--Soy el príncipe Nura de Sarabia, la hermana del Sultán...
Mahmud se le borra la sonrisa del rostro.
--perdón alteza, yo... Espero acepte mis disculpas...
Nura lo mira molesta:
--¡no, no las acepto...¡
Y se va. Mahmud frunce el ceño.  Se maldice así mismo. Sabe que si por su galantería estropea el plan del rey de Tersia le irá muy mal aunque hay algo que le preocupa más. Le ha gustado la princesa  y le duele haber quedado con él  como un imbécil. Sonríe:
--la verdad es que enamorarla va a ser un placer...
Nura se encierra en su alcoba.
--¡¡que patán¡
Pero le ha hecho gracia que la quisiera coquetear como si fuera una sirvienta. Se mira al espejo. Siempre se sintió vieja y fea. Nunca pensó que un hombre se fuera a fijar en ella  y es algo que le gusta.
--Es tan joven y tan guapo... ¿¿como pudo fijarse en mí?
Se siente culpable de que le haya gustado las halagos del desconocido:
--¡¡que disparates pienso¡¡¡ ¡¡soy una mujer  que recién ha enviudado¡¡ ¿¿qué dirán mis hijos?
Pero después de años de infelicidad al lado de un hombre que no la respetó le gusta que un guapo joven la esté coqueteando.

En el exterior de Palacio está lloviendo. Zelmira ha salido de incógnito.
--¡¡maldita sea¡ ¡¡precisamente hoy tenía que llover¡¡
Se queda en un refugio para no mojarse. Tiene prisa.
--Tal vez debí confiar este asunto a una de mis damas de confianza...
Zelmira es una mujer  que en realidad no confía en nadie:
--No, mi misión es demasiado importante. No me puedo arriesgar...
Zelmira ha contactado con una joven que está embarazada y está dispuesta a vender a su hijo:
--cuanta menos gente esté metida en esto mejor... No me pueden descubrir. Esa chica si supiera que su hijo será el nuevo Sultán se querría aprovechar. Es mejor que piense que soy una dama que necesita un bebé, no que sepa que soy la princesa...

Mientras Zack regresa al apartamento.
--Levent ...
el príncipe tiene la puerta abierta de su cuarto. Está en el baño. Sobre la cama ha dejado el cuaderno que usa de diario. Escrito en su lengua.
--¿Esto será lo que parece?¿escribe en un diario?
Y le parece tan raro que alguien lleve un diario que quiere leerlo. Aunque sabe que no está nada bien la tentación de descubrir lo que pasa por la  cabeza del príncipe  es demasiado grande. Agarra ese diario y se lo lleva. Le hace unas fotocopias y lo deja en la misma cama. Levent  sale de la ducha y lo guarda. No sospecha que Zack ha llevado ese diario a un amigo que él tiene que conoce la lengua del príncipe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario